Daniel Cardelús en Tandem Knowledge

Daniel Cardelús en Tandem Knowledge

Daniel Cardelús, Data Product Manager de la Oficina de Innovación del Grupo Agbar, se ha prestado a darnos su visión y su opinión sobre la innovación en el contexto presente y futuro.

¿Qué es la innovación?

La innovación es el camino que todos debemos recorrer para crear valor y obtener resultados tangibles a partir de las miles de ideas que nuestra creatividad genera (o debería generar) a diario.

De otra manera todo ese esfuerzo imaginativo tan necesario para transformar el conocimiento de negocio en una realidad valiosa que solvente un problema o cubra una necesidad, se vuelve completamente estéril.

¿Hacia dónde se dirige la innovación?, ¿Cuáles son las tendencias más relevantes del futuro?

Cada vez de manera más evidente, la innovación está tomando un papel fundamental en la gestión empresarial. Estamos pasando de una visión tradicional en la que la Innovación era la asignatura María de las compañías a una visión más disruptiva en la que la Innovación se coloca en el centro: La gestión por innovación.

La presión de los nuevos actores más ágiles y creativos sobre las compañías “tradicionales” obligan a estas últimas a transicionar desde una estrategia clásica, la deliberada, a otra estrategia basada en aprovechar las oportunidades cuando aparecen, la nueva estrategia emergente.

Más allá de las tendencias tecnológicas que cada principio de año los gurús se cuidan en pregonar, ésta es a mi entender la mayor y más importante tendencia: romper con lo tradicional y gestionar tu compañía poniendo a la innovación como eje principal.

Aprender para adaptarse rápido a las nuevas situaciones ha sacado de la zona de confort a muchos. Y eso, a mi entender, aunque traumático en algunos casos ha sido muy positivo para poder afrontar los grandes retos de futuro que tenemos como sociedad.

¿Qué es esencial para impulsar la innovación?

Los ingredientes esenciales de la innovación son la creatividad, la positividad, la perseverancia, la honestidad y la pasión. Claro que son importantes los conocimientos técnicos y las habilidades de diseño y negocio necesarias para innovar. Pero éstas pueden aprenderse más fácilmente que no modificar los valores y las creencias que forjan una actitud innovadora.

Una actitud suficientemente inquieta y crítica, capaz de encontrar y hacer las preguntas correctas que muevan al cambio en la dirección correcta, no tiene precio.

¿Ha acelerado la pandemia el proceso de innovación de las empresas?

Definitivamente. La presión por reinventarse o morir ya existía en muchos sectores antes de la pandemia. Ésta no ha hecho más que poner de manifiesto que los cambios, aparte de rápidos, son impredecibles. Así que, cómo expresaba Steve Jobs en sus entrevistas, el estar preparado para cambiar incluso cuando eres el líder de tu sector no es algo opcional, es algo imprescindible.

La pandemia ha provocado que la incertidumbre y el cambio se afiancen cómo las condiciones normales del mercado. Y la única receta posible para competir y subsistir en esos mercados es una mentalidad de negocio innovadora.

¿Qué repercusión ha tenido la Covid-19 sobre la innovación en tu trabajo?

Ahora es más fácil hacer entender a la gente la necesidad de explorar constantemente la incertidumbre y explicar conceptos como la agilidad o la Experiencia de Usuario. Aprender para adaptarse rápido a las nuevas situaciones ha sacado de la zona de confort a muchos. Y eso, a mi entender, aunque traumático en algunos casos ha sido muy positivo para poder afrontar los grandes retos de futuro que tenemos como sociedad.

En definitiva, estos cambios han provocado que la innovación no se haya parado con la pandemia sino todo lo contrario. Solo espero que esa mentalidad se mantenga por mucho tiempo.

La innovación, como la creatividad, no es un talento. Es una manera de hacer.

¿La innovación es algo fundamental en cualquier ámbito?

En mi opinión la única respuesta posible a esta pregunta es un sí rotundo.

Porque innovar significa mejorar con independencia del ámbito donde se aplique. Ahora bien, en los tiempos del progreso exponencial de la tecnología y una extrema incertidumbre sobre lo que nos depara un futuro con un papel predominante de la Inteligencia Artificial, esa innovación debe ponerse al servicio de las personas. Debemos mejorar para solventar problemas reales y evitar caer en la tentación de cambiar las cosas por el mero hecho de que son técnicamente posibles.

Reflexiones finales.

La innovación, como la creatividad, no es un talento. Es una manera de hacer.

Es por ello por lo que es muy importante dejarse acompañar de aquellos que están acostumbrados a pensar de manera disruptiva y positiva para encontrar el valor a través del cambio. De otra manera sucede lo de siempre, que la potencia sin control no sirve para nada y que el esfuerzo y las buenas intenciones no encuentran el ansiado resultado.



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