06 Sep Jose Eduardo Cabanes en Tandem Knowledge
En esta ocasión es Jose Eduardo Cabanes, Subdirector General de The SPB Global Company, quien nos desvela -a su entender- el significado de innovar y su análisis de la evolución del sector.
Indice
¿Qué es la innovación?
Desde una óptica empresarial diría que innovar es encontrar soluciones nuevas y sostenibles en el tiempo que resuelvan problemas de colectivos concretos de personas o de la sociedad en su conjunto.
¿Hacia dónde se dirige la innovación? ¿Cuáles son las tendencias más relevantes del futuro?
En términos generales se observan 3 líneas de tendencia principales:
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- Salud: Propuestas que contribuyan a una vida más prolongada y saludable de las personas.
- Sostenibilidad: Soluciones para reducir el impacto medioambiental de las actividades humanas o para restaurar los daños causados.
- Comodidad: Ayudas para simplificar o eliminar tareas de poco valor en el día a día de las personas.
Este desarrollo se apalancará fundamentalmente en la aportación de una serie de tecnologías de desarrollo rápido:
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- Tecnologías de información. Es la palanca con más capacidad transformadora, fundamentalmente a través de la rama de la Inteligencia Artificial.
- Bioquímica – Medicina. Especialmente en el campo de aumento de la longevidad y lucha contra el envejecimiento.
- Nuevos materiales con propiedades mejoradas.
- Nuevas técnicas energéticas sin impacto medioambiental.
¿Qué es esencial para impulsar la innovación?
En el marco de la empresa:
- Orientación de la estrategia y compromiso firme de la alta dirección hacia la Innovación.
- Cultura y formación de los equipos internos para asegurar un entorno favorable y predispuesto a la innovación.
- Creación de un ecosistema externo de conexiones y colaboraciones con otras empresas, universidades, institutos, start-ups, etc que permitan la interacción fluida y sinérgica de ideas y propuestas útiles.
- Dotación suficiente de medios, personas, formación y otros medios físicos necesarios.
Con una visión amplia más allá del marco de una empresa particular, las claves serían un mejor enfoque de la educación tanto técnica como, sobre todo, en valores relacionados con la innovación y un compromiso sincero y eficaz de nuestros gobernantes para facilitar e impulsar su desarrollo.
¿Ha acelerado la pandemia el proceso de innovación de las empresas?
Seguramente sí, aunque de una forma asimétrica. La gestión de la pandemia ha forzado a cambiar los hábitos de millones de personas de forma abrupta y no planificada. Esto, a su vez, ha generado nuevas necesidades y ha reducido la actividad de forma drástica en otros ámbitos. A resultas de ello empresas e instituciones se han visto forzadas a innovar para adaptarse al cambio brusco que hemos experimentado. Esto se ve en parcelas como:
- Desarrollo y producción de vacunas, antivirales y productos desinfectantes a una velocidad nunca vista.
- Aceleración del uso de plataformas de trabajo colaborativas y teletrabajo en empresas e instituciones.
- Oferta de servicios a domicilio que antes no estaban disponibles.
- Desarrollo explosivo de la oferta de plataformas de contenidos audiovisuales y de juegos en línea.
¿Qué repercusión ha tenido la Covid-19 sobre la innovación, en tu trabajo?
Hemos tenido que reorientar algunas líneas de innovación para alinearnos con los cambios de hábitos y las nuevas necesidades que han aflorado. Para poder dar respuesta a ello hemos orientado más esfuerzos a productos de mayor demanda, como los de propiedades desinfectantes e higienizantes.
Esto ha supuesto cuestionar barreras internas para ganar eficiencia en el desarrollo de nuevas formulaciones y al mismo tiempo ganar capacidad de producción en un entorno de gestión bastante complejo. Muchas de las innovaciones y aprendizajes generados se consolidarán definitivamente como una mejora sostenida en el tiempo.
¿La innovación es algo fundamental en cualquier ámbito?
Absolutamente. La innovación es una necesidad. El entorno social y empresarial nunca ha sido tan cambiante como en estos momentos y la previsión es que cada vez lo sea más. El impulso detrás de estos cambios radica en el progreso científico–tecnológico que crece a ritmo exponencial. Este cambio continuo creará nuevas oportunidades y llevará a vía muerta a otras actividades en poco tiempo.
Las organizaciones (empresas, instituciones, sociedades, etc.) que no sean capaces de innovar al ritmo adecuado quedarán condenadas antes o después. Mirando la otra cara de la moneda, un entorno así es también terreno abonado para la eclosión de nuevas empresas e iniciativas que crezcan y aporten valor a la sociedad a través del aprovechamiento de nuevas tecnologías disponibles.
Reflexiones finales.
Desde la sociedad: Creo que, como país, con la innovación tenemos una gran oportunidad por aprovechar. El futuro de las nuevas generaciones depende de que así lo entendamos y de que lo gestionemos bien. La educación en valores de innovación, emprendimiento y esfuerzo es la herramienta a medio plazo que tenemos que activar.
Desde la empresa: La necesidad de innovar implica también la profesionalización de la innovación. Esto no es simplemente una cuestión de provocar y gestionar ideas felices. Es algo más completo que requiere de un tratamiento y seguimiento sistemático de atención y recursos y de un equipo interno con los perfiles y la formación específica.